Desde hace un tiempo he estado comprometida con la tarea de conocer mi ciclo y conocerme mejor a mí misma. Una de las cosas que he hecho es llevar un diario menstrual y ha sido una experiencia realmente gratificante. Sin embargo, durante los últimos meses había querido una herramienta que me ayudara a ser más precisa, que me permitiera ver el impacto especifico de una u otra cosa y que limitará la información que registro.
Estando en estas me encontré con el cuaderno menstrual de Sonia Ro y me enamoró. Llevo apenas unas semanas usándolo y estoy muy feliz, especialmente porque incluye cosas que yo generalmente ignoraba. Siento que me permite ser un poco más centrada en mis observaciones y más ‘rigurosa’ en el tipo de relaciones que establezco.
Quería escribir una entrada sobre esto y pensé que la mejor manera era invitar a Sonia a una entrevista en la que nos explicará un poco mejor acerca del autoconocimiento, del ciclo menstrual, las hormonas y sobre todo de cómo esto nos puede ayudar a sentirnos mejor con nosotras mismas y gozarnos la vida.
Aquí va la entrevista:
Sonia, háblanos un poco de ti ¿quién es Sonia y por qué decidió hacer un cuaderno menstrual?
Soy una mujer que está transitando el camino del autoconocimiento, la sanación y la reconciliación con mi lado femenino. Este proceso en específico lo inicié hace seis años cuando empecé a reunir círculos de mujeres por mi propia cuenta. Conociendo a otras mujeres empecé a percatarme de la importancia de conocer nuestro cuerpo, y de acercarnos a nuestro ciclo menstrual de una forma más sana y abierta de la que estamos enseñadas en nuestra cultura. Gracias a la inspiración de mujeres como Miranda Gray (escritora del libro Luna Roja) y Erika Irusta (fundadora de la comunidad virtual soy1soy4 y del blog El camino rubí), así como otras muchas que he encontrado en mi camino y que también están aprendiendo a ver sus cuerpos y su sangre de otra manera, empecé a acercarme al autoconocimiento de mi ciclo. El Cuaderno Menstrual es una herramienta que diseñé para que las mujeres que están empezando esta ruta del autoconocimiento puedan empezar a observarse y entender de qué manera las hormonas afectan sus comportamientos, emociones y estado físico. Lo hice porque ese conocimiento me ha ayudado mucho a comprenderme y sé que es algo que las mujeres necesitamos empezar a hacer para saber cómo funcionamos realmente y de este modo podamos utilizar todo nuestro potencial.
¿Por qué y para qué un cuaderno menstrual?
Porque en esta sociedad la menstruación es un tema tabú, del que no se habla, no se explica y ni siquiera se visibiliza, todo lo contrario. Nos desconocemos y nos atacamos a nosotras mismas tratando de encajar en una sociedad de tiempos y expectativas lineales cuando en realidad nuestros cuerpos son cíclicos. Me doy cuenta de que este desconocimiento nos ha llevado a exigirnos cosas que van en contravía con nuestra naturaleza (como tratar de ser las mujeres hiperproductivas, superconcentradas, activas y eficientes durante todos los días del mes sin permitirnos un descanso). Esto, a la larga, nos lleva a tener una imagen equivocada de nosotras mismas y a culparnos por no ser lo que se espera de nosotras, en vez de aceptarnos como realmente somos. El Cuaderno Menstrual nos invita a observarnos sin juzgar, y empezar a tomar conciencia de los múltiples cambios que las hormonas nos hacen experimentar a lo largo del mes. Y una vez que nos percatamos de que somos diferentes cuando menstruamos que cuando ovulamos, por ejemplo, podemos empezar a jugar las cartas a nuestro favor, procurando que las actividades que llevamos a cabo cotidianamente vayan a favor de esos cambios y no en contra. El Cuaderno Menstrual tampoco es algo nuevo, es muy fácil encontrar esquemas de diagramas que las mujeres pueden usar para registrar esos mismos cambios. La ventaja del cuaderno es que es más cómodo de usar pues por lo general los diagramas menstruales se consignan en una hoja única para todo el ciclo, de manera que el espacio para las anotaciones puede ser muy limitado. En el cuaderno hay espacio para anotar las fechas, la fase lunar, la cantidad de sangrado, el flujo, los cólicos (si los hay), el estado anímico, el estado físico y las situaciones cotidianas que pueden influir en nosotras más allá de las hormonas. Esto permite que las anotaciones queden ordenadas y luego sea más sencillo compararlas durante varios ciclos para establecer nuestros propios patrones cíclicos.
Explícanos un poco sobre el ciclo, las hormonas y esto de que sean nuestras aliadas
Sabemos que a lo largo del ciclo hay cambios hormonales que afectan la maduración de un óvulo, la formación de tejido endometrial en el útero y el sangrado, entre muchas otras cosas. Este ciclo nos permite mantenernos cíclicamente fértiles durante muchos años y posibilita la gestación de una nueva vida. Hay varias hormonas que intervienen en esos cambios (estrógenos, progesterona, LH, FSH) y que fluctúan de manera importante a lo largo del mes. Cada una de estas hormonas cumple una función, ya sea para permitir que un folículo se convierta en un óvulo, para que el óvulo se libere hacia las trompas de Falopio, para que el útero empiece a prepararse para recibir el óvulo fecundado (y más adelante prosiga con el embarazo), o para que empiece a menstruar en caso contrario. Al mismo tiempo, esas hormonas hacen que experimentemos variaciones en nuestro estado de ánimo, sensibilidad, nivel de concentración y actividad,aguzamiento de la intuición, etc. Eso explica que las mujeres podamos ser tan variables de un día para otro. Explico un poco más sobre todo esto en la introducción del Cuaderno Menstrual.
Cuando empezamos a familiarizarnos con nuestro ciclo menstrual y empezamos a identificar los cambios que se deben a variaciones hormonales nos damos cuenta de que hay fases a lo largo del ciclo que tienden a replicarse en el siguiente. Así, podemos estar muy activas y sociables cuando ovulamos mientras que hacia el final del ciclo podemos ser más hurañas y ermitañas.
Pero cuidado: no hay un esquema único, cada mujer tiene su propia experiencia. La idea es reconocer nuestras propias fases, identificarlas cuando llegan y empezar a programar nuestras actividades de acuerdo a eso: por ejemplo, no programar una fiesta o una reunión los días que queremos estar encerradas sin ver a nadie. O aprovechar cuando nos sentimos más concentradas y activas para organizar asuntos de trabajo o proyectos personales. Naturalmente, en nuestra sociedad es muy difícil programar las cosas para que encajen con nuestros ciclos como un guante, y más de una vez tendremos que hacer determinada actividad que no nos apetece en esa fase del mes, pero por lo menos sabremos que nuestra apatía en esa reunión familiar no era porque odiemos a nuestros parientes, sino porque ese día nuestro cuerpo nos pedía silencio y descanso. Si no nos sirve para programar mejor nuestro calendario, al menos nos puede hacer la vida más llevadera pues dejamos de sentirnos culpables por no ser «como deberíamos ser».
En tu vida, ¿cómo aplicas esto? qué cambios o nuevos hábitos has implementado, qué has dejado de hacer, qué decisiones has tomado…
Yo todavía estoy aprendiendo de mis propios ciclos, este es un proceso que puede durar meses o incluso años, para explorar todas nuestras profundidades, pero sí he empezado a notar cambios recurrentes. Por ejemplo, en los días previos a mi fase menstrual necesito dormir y descansar mucho más que en el resto del mes. Así que esos días procuro no torturarme con un despertador o un apretujado horario de actividades. También noto que tiendo a ser más pesimista y entro más fácilmente en estados de ansiedad y duda, por lo que procuro ser más indulgente conmigo misma y tener paciencia, en vez de suponer que todo se está yendo definitivamente al carajo. En mi fase ovulatoria, en cambio, tiendo a aflorar mi lado maternal y he tenido que aprender a frenarme para no adquirir demasiados compromisos que dos semanas después me estaré preguntando quién me mandó a meterme en eso. De unos meses para acá acostumbro a que el primer y segundo día de mi ciclo, en la medida de lo posible, hago solo lo que me apetece, o al menos no me obligo a hacer algo que definitivamente no quiero. De todos modos, nuestras fases no se calcan de mes a mes, también van cambiando porque nosotras mismas vamos cambiando. En el último mes, por ejemplo, me he sentido más activa en general que en los tres meses previos, y es que todo influye: nuestro entorno, nuestro estado de ánimo, nuestras relaciones, las cosas que nos suceden, los cambios que hay alrededor. Aprender a conjugar todo eso armónicamente lleva tiempo, pero vale la pena pues nos empodera.
Me gustaría aprovechar para que nos contaras un poquito sobre tu experiencia con los círculos de mujeres.
Hace seis años convoqué mi primer círculo, inspirada por un libro de Jean Shinoda Bolen titulado El millonésimo círculo, que es como un manual para empezar a reunir círculos de mujeres. Yo inicié los míos sin muchas directrices y con el tiempo me di cuenta de que al compartir historias personales era más fácil encontrar esa conexión natural que existe entre las mujeres y que va directo al corazón. Y noté que a todas nos sanaba escuchar las historias de otras mujeres sobre situaciones similares que nosotras también hemos vivido. Por eso empecé a enfocarlos en las historias personales. A través de las mujeres que conocí en el círculo también me percaté de la importancia de conocer nuestro cuerpo, de acercarnos de una manera sana a nuestra menstruación, y de compartir tiempo, espacio y experiencias con otras mujeres. Esto último ha sido bastante palpable a lo largo de estos seis años: cuando un grupo de mujeres se reúne en círculo, basta que compartan el mismo espacio y abran su corazón a las demás para que se empiece a obrar la magia. No hace falta mucho más en realidad. Las mujeres necesitamos reaprender a acercarnos, a confiar unas en otras, volver a reunirnos desde la cooperación y no desde la competencia, porque en esa comunión encontramos nuestra fortaleza, no solo a nivel grupal sino también personal. La experiencia de transformación al iniciar o pertenecer a un círculo de mujeres es tan profunda que no me canso de recomendar a cualquier mujer que sienta el impulso que se lance sin miedo a esta experiencia.
A mí me ha permitido abrirme a otras mujeres, conocer nuevas amigas (antes solo tenía las tres que hice en el colegio) y darme cuenta de que no es que las demás mujeres me cayeran mal, sino que era yo la que las estaba mirando de la forma equivocada.
Buena parte de lo que he vivido en los círculos está publicado en la página que abrí cuando ya llevaba un año reuniéndolos: mujeresencirculo.org. Allí hay publicaciones sobre las experiencias vividas en cada uno de los encuentros, particularmente en este link. También se publican las invitaciones a los siguientes y hay muchos enlaces de temas variados de interés para mujeres (salud, relaciones, maternidad, menstruación, sexo, educación…), un poco de todo.
Una de las usuarias recientes de Naturcup ganará un cuaderno menstrual. Las demás ¿cómo pueden adquirirlo?
El Cuaderno Menstrual está disponible en la Librería de Mujeres El telar de las Palabras (ubicada en la Calle 56 n.° 6-33, Bogotá). Tiene un valor de $15.000. También hacemos envíos por correo. Para solicitar el tuyo puedes escribir a info@mujeresencirculo.org (el costo de envío en Bogotá es de $5.000). Hay más información y fotografías del cuaderno en este link.
Ahora te toca a ti ¿has asistido a círculos de mujeres? ¿cómo ha sido tu experiencia? ¿usas alguna estrategia para conocerte mejor? ¿Cómo vives tu ciclo? ¿Te identificas con algunas de las cosas que menciona Sonia respecto a tu ovulatoria y premenstrual? ¡Te espero en los comentarios! Y sí te ha gustado este post, ¡compártelo!
Estefanía
Muchas gracias por el espacio, Estefanía. Invito a todas las mujeres que leen esto a que profundicen en el conocimiento de sus ciclos y, por supuesto, a que abran su propio círculo de mujeres. Un buen tema para iniciar es hablar, justamente, de la menstruación, un tema que tenemos guardado debajo del tapete aunque lo vivamos todos los meses. ¡Abrazos para todas!
¡¡¡Sonia muchas gracias a ti!!!